Texto publicado originalmente en la seccion "Exordium" de la Revista Game Card TCG #1 del año 2005
"El aire esta cargado de odio y una pregunta prende en la neblina, ¿Cuando estallara tu rabia?"
Para alguien cuyos ojos han visto la muerte cara a cara, el mundo cambia. Después de percibir el olor a pólvora y sangre, después de ver a tus compañeros, casi hermanos morir en acción, no hay nada que pueda asustarte ya, o al menos eso es lo que Sheward pensaba. Caminaba firme, pero alerta, por los pasillos de suelo marmóreo y lustroso; era extraño, diez años sirviendo a las fuerzas especiales y nunca había oído hablar de esta agrupacion gubernamental. No sabia a ciencia cierta para quien trabaría específicamente, pero una cosa si tenia clara, en todo esto estaba inmiscuida la CIA. Podía oler a un agente federal a kilómetros, y en ese lugar la peste era tan grande que causaba nauseas. Entro por fin a la oficina donde había sido citado. Al ingresar lo primero que noto fue el acondicionamiento mas parecido a una sala de proyección que al de un despacho, dos sillas de espaldas al proyector acompañadas de una mesa larga, así como ceniceros y vasos con agua eran el único mobiliario.
—Buenas tardes, Capitán Sheward
La voz a sus espaldas lo hizo brincar. Paranoico como se había vuelto, busco por reflejo su arma, pero antes de que pudiera sacarla una mano lo detuvo.
—Siento haberle asustado, Capitán
Detrás de el, un hombre vestido pulcramente de traje gris le miraba tras sus gafas oscuras mostrando un rostro pétreo.
—Soy el agente Murtaugh, su monitor. Tome asiento, hay algo que debo mostrarle; sin embargo, cabe aclarar que lo que vera es completamente real... Y de vital importancia para su nuevo trabajo, así que tome nota de cada detalle, de ello depende su vida...
Sin decir mas palabras el agente apago las luces y tomando asiento hizo correr la cinta. En la pantalla apareció un hombre de cabellos pajizos, encadenado de las manos a un a silla, su cuerpo mostraba miles de cicatrices mientras que la maraña de pelo impedía ver su rostro. Frente a el, un oficial del ejercito le miraba de manera inquisitiva. Lenta y opaca, la voz del guiñapo comenzo a brotar...
—No soy lo que piensas, miserable mico... Tu mente corrupta y ciega no alcanza a comprender nuestra realidad...
—Si crees que soy tan estúpido, entonces enseñame, muestrame la verdad que dices... ¿Como puedo ser como tu, como puedo convertirme en uno de ustedes?
—Jaja... No puedes hacerlo ¡Nosotros nacimos así, imbécil! ¡Somos hijos de la tierra misma, somos hijos de Gaia!
—¿Que es Gaia?, ¿Como puedo saber si soy uno de ustedes...? ¿Tienen alguna clase de maestro o guia que les dice si son uno o no?
—No hay manera de saberlo sino hasta que llegua el momento de aceptar lo que eres...
—Ellos, Capitán, son nuestro objetivo. Se les conoce como "Garous" u hombres lobo...
Los ojos del militar se abrieron desmesuradamente.
—¿¡No estará hablando en serio!?
Sin inmutarse, el agente respondió
— Claro que si... Escuche bien, ellos son una realidad y si no presta atención no durará ni cinco minutos en las calles... Ellos existen, pero, hasta donde sabemos, no hay forma de averiguar quien si es y quien no. Nacen siendolo y ni ellos lo saben hasta llegar a la pubertad, cuando despiertan de manera salvaje. Este hombre, por ejemplo, vio a su hermano ser asesinado, la furia que sintió lo hizo tener su primer cambio...
Mientras encendía un cigarrillo, la seca voz del agente explico
—Su fuerza es increíble y llegan a medir mas de dos metros. Su resistencia es asquerosa, usted puede dispararle con una Black Rhino 9 mm a dos metros en pleno pecho, y al minuto siguiente tendrá a una bestia salvaje sobre usted arrancándole la piel; pueden romperle todos los huesos y mañana estarán como si nada. A veces se les encuentra solos o en manada; sin embargo, tienen dos puntos, moral y físico, débiles. Moralmente están obligados a seguir un código de ética, defienden a una entidad llamada Gaia, de la cual dicen ser hijos; esto les obliga a a regirse por normas a las cuales llaman "Letania" y que podrían ser usadas a nuestro favor.
1.- Garou no se apareará con Garou.
Los hijos de padres licántropos nacen con deformidades físicas y mentales, esto hace que fácilmente puedan pasarse de nuestro lado.
2.- Combatirás al Wyrm donde more y críe.
Estas bestias se sienten héroes, elegidos para purificar y por lo mismo su fanatismo puede serde mucha utilidad, pues sin duda atacarán y destruirán todo lo que crean corrupto... sin saberlo, muchas veces nos ayudan a hacer el trabajo sucio.
3.-Respetarás el territorio del prójimo.
Como animales que son, defienden su territorio contra todo. Esto les hace vulnerables, pues atacando la madriguera se daña al Garou.
4.- Aceptarás una rendición honorable.
¿Hace falta decir más? Dicen que: “En la guerra y en el amor...”
5.-Te someterás al de mayor posición.
Bien manejado, se puede conseguir que dos hermanos peleen hasta la muerte por el liderazgo delpack. Como decía Paccino: “Vanidad... mi pecado favorito...”
6.- Dejarás la primera parte de la presa para el de mayor posición.
Sin duda, es una derivación del anterior...
7.-No comerás carne humana.
Esto es un gran alivio, pero no se confíe demasiado
8.- Respetarás a todos los inferiores, porque todos son hijos de Gaia.
Ataca la parte más débil de la estructura, castiga el cuerpo y la cabeza caerá sola. Pon enpeligro a sus hermanos menores y el Garou se enfurecerá, entonces...
9.- No descorrerás el velo.
No desean que el mundo sepa de ellos, así que si obligas a un Garou a exhibirse en público,no hará falta que le caces... sus días estarán contados. Su propia gente se encargara de él.Como dije, nos ayudan a hacer el trabajo sucio.
10.- No soportarás que tu pueblo atienda tu enfermedad.
Si lastimas al licántropo, éste se alejará de la manada por propia voluntad. Alienado, es másfácil darle muerte.
11.- El líder podrá ser desafiado en tiempos de paz.
12.- El líder no podrá ser desafiado en tiempos de guerra.
De nuevo la vanidad... mata al líder y haz parecer culpable al segundo al mando. Antes deque te des cuenta se habrán matado entre ellos.
13.- No provocarás la violación de un túmulo.
Los túmulos son lugares de poder místico, sitios de congregación. Si un Garou conduce a unenemigo a éste, se le castigará severamente... incluso con la muerte. Destruye uno de éstos y poco a poco debilitarás a los hombres lobo. Físicamente hablando, estos seres pueden ser lastimados de manera severa con plata o fuego. Un golpe bien dado será suficiente para derribarlo o incluso matarle...
El oficial no daba crédito a lo que escuchaba, su boca seca hacía grumos amarillentos en su boca.
—Esto es una locura!
Con una gélida pasividad, el agente se puso en pie y, dirigiéndose a la cámara de vigilancia, la desconectó; luego, hizo lo mismo con el proyector. Cara a cara se sentó frente al confuso militar.
—Mire, Capitán, le seré franco... esto no es un juego y mucho menos fantasía... esas bestias existen y están allá fuera, nuestra labor es capturar o destruir, no más. Ellos son astutos y letales, pueden oler su rastro por días y encontrarle en medio de la gente, lo perseguirán de día y de noche, despierto y en sus sueños. Si es creyente, ése es su problema, pero le aconsejo que duerma con un arma de alto calibre bajo la almohada. Ellos pueden destruir su cuerpo y torturar su alma, romper su voluntad y aplastar su mente. Les he visto masacrar a escuadrones especiales en segundos, la furia en su ser no conoce límites y explotará a la menor provocación... olvídese de las películas y de los libros, no son animales irracionales, piensan, traman y calculan con la misma lucidez que usted o yo. Poseen poderes místicos más allá de su comprensión y son cazadores natos, expertos en el rastreo. Pueden hacerle palidecer con sólo mirarle a los ojos... un error, sólo uno, por pequeño que sea...
Encendiendo el proyector, adelantó la cinta... entonces, en la pantalla, el hombre que antes pareciera guiñapo estalló en un grito que se transformó en rugido... con terror casi histérico Sheward vio la trans-formación bestial y casi al siguiente segundo había roto las cadenas como si fueran papel.. el militarque antes le interrogara, fue reducido a carne sanguinolenta sobre los muros. El agente pausó la imagen y, tomando el rostro del Capitán, le obligó a verla mientras le susurraba.
—Abra los ojos y encárelo porque sólo tiene dos opciones: asimilarlo y prepararse, o morir con la información. No lo tome a mal, Capitán, pero no somos los hombres de negro... nosotros no borramos mentes, borramos gente... y como militar entenderá que no podemos dejar cabos sueltos. Usted fue llamado por su habilidad y desempeño, por su conocimiento en armas y explosivos. Cierto que uno en un millón tiene la capacidad para combatir a estos guerreros mitad humano y mitad bestia... pero tenemos varios prospectos aparte de usted. Le repito, no lo tome a mal, Capitán, pero mañana a esta hora le espero con la mejor disposición, o de lo contrario no se moleste en venir... nosotros iremos por usted. Piénselo y que tenga una bonita tarde, Capitán...
Sin decir más, el agente apagó el proyector y salió por la puerta. Dentro del cuarto, el militar retiró suboina y, mientras secaba el sudor en su frente, se repetía a sí mismo: "Adrew Sheward... ¿En qué te has metido esta vez...?"
c o n t i n u a r á . . .
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