lunes, 13 de febrero de 2012

Desesperacion

Empiezas a correr sin parar como si asi se fuese a gastar el dolor que llevas por dentro, como sin con cada paso dejaras atrás un poco de ese peso que no te deja respirar. El cielo estaba cubierto de nubes y el frío golpea tu manos haciéndolas sangrar; los árboles no tienen hojas y el césped es de color amarillo como si se hubiese quemado; el invierno hace peor tu tristeza. No sabes adonde ir, solo sabes que no puedes detenerte, pues en el momento que lo hagas recuperarías la conciencia de tu dolor. Es terrible tener un problema y no saber donde buscar la solución, donde encontrar respuestas. Miras a la bóveda de estrellas esperando ver una señal o te volteas rápidamente esperando agarrar desprevenida a tu sombra, pero no los ves y te sientes con mas ganas de correr como si en algún momento del camino los fueras a encontrar.

Te sientes cansado pero ello no mitiga tu dolor.

Deseas encontrar algo que te haga perder la conciencia, que te aisle de la realidad. Encuentras solo ocasos de memorias incompletas. Rotos recuerdos que hunde el hielo del tiempo bajo su manto. Si por un golpe de suerte olvidaras todo tu pasado y tuvieras la oportunidad de comenzar de cero. Claro, llevándose entre sus aguas tus recuerdos hermosos también.

Corriendo y desfalleciendo pasas por el lado de algunas personas que sonríen, ¿Cual será la razón?, quizás ellos en algún momento también tuvieron problemas, ¿Como los habrán superado? Te avergüenza reconocer que has pensado en soluciones drásticas, tu mente de la cual te sentías orgulloso ahora esta nublada, se que en alguna parte esta la respuesta pero no la encuentro. Sigues corriendo, mis energías comienzan a agotarse, no puedes detenerte. Simplemente no puedes.  Necesitas continuar hasta que en algún momento te des cuenta de que has olvidado porque comenzaste a correr.

Te sientes abandonado, todos lucen indiferentes al dolor ajeno. Pero ellos no saben que sufres. ¿En algún momento alguien se dará cuenta que lloras? ¿Te detendrán para ayudarte o para ofrecerte ese abrazo que necesitas tanto?

Pero te das cuenta, la solución no esta en ellos. Muchos menos en ti...

Te preguntas si en algún punto del futuro recordaras tus catarsis de indentidad. Todo lo que pasaste para estar en donde estas. Lo inevitable llega, debes detenerte y al hacerlo te das cuenta que el dolor sigue ahí y ahora tienes que emprender el camino de regreso, cansado y aun dolido, pero, finalmente no tienes que hacerlo, pues lo has imaginado todo y al volver a la realidad...




Te das cuenta que el sol ha salido.

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